Receta de la lasagna

· Ingredientes: Para el relleno: carne de ternera para guisar (600 gr), panceta de cerdo (300 gr), cebolla (1), zanahoria (2), apio (1 rama), vino tinto (200 ml), salsa de tomate (800 gr), sal y pimienta. Para la bechamel: mantequilla (50 gr), harina (50 gr), leche (500 ml), sal y pimienta. Para las placas de pasta: harina común (200 gr), huevos (2) y sal.

· Número de raciones: para 6 personas.

· Tiempo total: 3 H.

· Tiempo de preparación: 2 H 30 M.

· Tiempo de cocción: 30 M.

· Valor nutricional: 150 calorías por 100 gramos.

· Tipo de cocina: italiana.

· Tipo de plato: plato principal.

Receta de la lasagna italiana

Cocinar una lasagna es, aunque laborioso, más sencillo de lo que te puede parecer en un primer momento. Este es uno de los platos más conocidos de Italia, y cómo no, recurre a la salsa de tomate y a la pasta. Ambos ingredientes son omnipresentes en la tradición gastronómica del país. Gracias a esta receta elaborarás un exquisito plato único para toda la familia. Solo tienes que seguirla para conseguir una como la de los restaurantes.

¿Sabías que en 2007 el diario londinense The Daily Telegraph publicó que la lasagna era un plato británico? Para acreditar esta noticia citaron un libro de recetas de 1390 dedicado al monarca Ricardo ll. Esta noticia levantó la ira de los italianos que señalaron que la auténtica creadora de la lasagna fue Maria Borgogno. Para ello, presentaron textos fechados en 1316.

Elaboración

La elaboración completamente casera de este plato implica muchos pasos. ¡Tendrás que sacar al cocinero que llevas dentro! El objetivo es que puedas elaborar una lasagna tradicional como una auténtica mamma italiana.

1. Pica la cebolla, la zanahoria y el apio muy finos para añadirlos a una sartén con aceite. Deja que los ingredientes se ablanden y la cebolla transparente, y entonces incorpora la carne. Remueve para integrar los ingredientes. Una vez esté bien dorada la carne, añade el vino. Ten en cuenta que el alcohol se evaporará por sí solo; esta receta sigue siendo apta para los más pequeños de la casa.

Lo más importante a la hora de cortar o picar cebollas es contar con una buena tabla, un cuchillo afilado y una buena técnica. Para no llorar, es fundamental estar algo separado del cuchillo. De este modo, evitaremos el radio de alcance de las emisiones del vegetal.

2. Con el alcohol evaporado, llega el momento de añadir la salsa de tomate. Mezcla los ingredientes y déjalos cocinar a fuego lento durante 30 minutos. Así conseguirás una buena salsa a partir de verdura, carne y tomate que no te costará colocar entre las placas de pasta.

3. Mientras la salsa se va cocinando, llega el momento de ponerte con la bechamel. Añade la mantequilla y la harina en un cazo a fuego medio. Remueve sin parar hasta integrarlas y continúa hasta que se torne un poco dorada; de este modo eliminarás el sabor de la harina cruda. Ve añadiendo la leche poco a poco para integrarla y, cuando no quede más, deja que la mezcla hierva sin parar de removerla. Usar una varilla de batir en este punto hará que queden menos grumos. Tras 20 minutos, retírala del fuego y salpimienta a tu gusto. Para el caso de la lasagna, es preferible evitar la nuez moscada.

 Para lograr una buena bechamel es muy importante introducir la leche a la temperatura perfecta. No tiene que estar ni muy fría ni muy caliente. La mejor opción es incorporarla a temperatura ambiente. 

4. Hacer las láminas de pasta es bastante sencillo. Introduce la harina, los huevos y la sal en un bol. Luego amasa hasta conseguir una mezcla homogénea. Tápala con un paño y déjala descansar durante 20 minutos, para que se relaje. Pasado ese tiempo, haz bolas del mismo tamaño para estirarlas con un rodillo. Procura que queden rectangulares y, sobre todo, que su grosor sea homogéneo.

5. Hierve las placas de pasta hasta que estén al dente, lo que te llevará unos diez minutos. Cuando estén listas, coge una fuente, úntala con mantequilla y coloca una base de láminas ya secas. La forma de montar el plato es muy simple: primero una capa de carne con tomate, luego bechamel y, finalmente, una nueva cubierta de placas. Repite hasta que te quedes sin pasta.

Si no tienes tiempo de preparar las láminas de la lasagna puedes comprarlas en el supermercado. Puedes encontrar dos opciones: las láminas precocidas, que puedes añadir directamente con el resto de ingredientes, o las clásicas, que tienes que preparar previamente en agua hirviendo.

6. La última capa estará compuesta por la bechamel sobrante y el queso que más te guste rallado. Si quieres ser verdaderamente italiano, el parmesano es siempre una buena opción. Precalienta el horno a 180 ºC e introduce la fuente con la lasagna durante media hora. ¡Pasado ese tiempo tendrás un plato fabuloso para disfrutar con tus amigos y familiares!

Cuando vayas a servir la lasagna espolvorea un poco más de queso y añade una hoja de perejil para darle el toque final a este delicioso plato.

¿Cómo servir este plato?

Ya sabes cómo cocinar una lasagna, pero, ¿qué hay de servirla? Para empezar, deja que enfríe durante unos minutos. Evitarás quemarte y el plato terminará de hacerse. Los sabores siguen evolucionando una vez termina la cocción, por lo que tendrás que controlarte al menos quince minutos antes de hincarle el diente. Además, ten en cuenta que el interior va a tardar más en enfriarse.

El tiempo de espera valdrá la pena cuando saborees el plato. La mezcla de los ingredientes habrá calado en las láminas dando lugar a un plato jugoso y sabroso.

Una vez pasado el tiempo, sirve raciones cuadradas y decóralas con un poco de perejil picado o unas hojas de albahaca fresca. Así conseguirás un toque verde que contrastará con el rojo del relleno y el blanco tostado de la bechamel. ¡Exactamente los colores de la bandera de Italia!

Si quieres conseguir una lasagna exquisita y colorida, sigue paso a paso las instrucciones de la receta original. Si eres una persona creativa, improvisa en su decoración y dale tu toque personal.

Esta es una receta de la lasagna que sorprenderá a tus comensales. Es todo tradición, completamente casera y con ingredientes que encontrarás en cualquier supermercado. Si te ha gustado, ¡no dudes en compartir esta entrada en tus redes!