Cómo cumplimentar una hoja de reclamaciones en un restaurante

Una hoja de reclamaciones en un restaurante es un elemento que este tipo de establecimientos debe poseer obligatoriamente. Es así porque la ley obliga a las empresas que ofertan servicios a disponer de estas hojas. Los restaurantes son un buen ejemplo de ello, entre ellos los que hacen gala de la cocina sous vide elaborando las afamadas recetas sous vide.

Cuando el diálogo falla

Cuando no se llega a una solución mediante el diálogo es necesario rellenar uno de estos ejemplares y presentarlo en el lugar oportuno. Así se inicia un procedimiento que en el peor de los casos puede terminar en un juzgado. Por esta razón es importante que sepas cumplimentarla como es debido y qué consecuencias se derivan de ello.

Cuando no llegas a un acuerdo con el restaurante tienes derecho a poner una reclamación, no pueden negártelo.

¿Qué es y para qué sirve una hoja de reclamaciones?

Antes de aprender su manejo conviene tener una idea clara de qué son las hojas de reclamaciones. Se trata de documentos con los que se informa a la Administración competente de que no se está conforme con el trato recibido o de otro tipo de incidencias en relación con el servicio prestado.

Cada comunidad autónoma cuenta con un modelo específico de estos documentos y los establecimientos que ofrecen servicios o bienes deben poseerlos y facilitarlos al cliente si este los solicita.

No solo los restaurantes, cualquier negocio abierto al público está obligado a tener hojas de reclamaciones a disposición de sus clientes.

Además de exponer los sucesos que han generado la queja, en las hojas de reclamaciones se recogen las soluciones que el afectado pide para zanjar el conflicto. Es recomendable llevar a cabo las comunicaciones entre vendedor y cliente a través de mecanismos en los que quede constancia de que se han producido.

Estos documentos se componen de tres hojas: la original de color blanco tendrás que presentarla en la Administración competente, la de color verde es para ti y la rosa para la empresa, que en caso de inspección tendrá que presentarla.

Es muy importante guardar tu copia por si en el futuro necesitas presentarla en el juzgado.

Por último, si el establecimiento no te facilita la hoja de reclamaciones puedes recurrir a la Policía Nacional o Local o bien acudir a la Oficina Municipal de Información al Consumidor, a las asociaciones de consumidores o al Departamento de Consumo de la Administración autonómica.

¿Cómo escribir una hoja de reclamaciones?

Si no has logrado una solución verbal y te han facilitado la hoja sin problemas tendrás que empezar a rellenarla. Cumplimentar una hoja de reclamaciones es muy sencillo. Es recomendable que escribas en mayúscula, de manera clara y legible, pues de lo contrario la Administración podría desestimar la queja por no entender su contenido. Tómate tu tiempo y mantente relajado.

El primer campo que deberás rellenar corresponde a los datos de la empresa: nombre del establecimiento, dirección, teléfono, actividad que realiza y código postal, entre otros. Dichos apartados deben ser rellenados por el vendedor o representante del establecimiento.

No te olvides de rellenar ningún campo y fíjate bien en lo que pide en cada uno, debes dar la información correspondiente.

A continuación encontrarás el campo asignado al reclamante, es decir, tú. En él tendrás que dejar constancia de tus datos personales: nombre, número de teléfono, dirección o nacionalidad son algunos de los que estás obligado a plasmar.

Seguidamente te espera el apartado destinado a exponer el motivo de la reclamación. No podrás extenderte mucho, por lo que tendrás que resumir, de manera clara y concisa, qué es lo que ha ocurrido para decidir rellenar la hoja. En caso de que la situación haya dado pie a solicitar algo en concreto, encontrarás un recuadro justo debajo del que acabas de rellenar para exponerlo. Además, podrás aportar documentos que apoyen tu reclamación. Un buen ejemplo es un ticket de compra.

Los hechos deben quedar claros, hay que ser directo y conciso.

El siguiente recuadro abarca las alegaciones del reclamado. En este, la empresa o establecimiento dejará constancia de su visión de los hechos, algo que es totalmente lógico. En caso de que veas que están tergiversando los hechos, no tienes por qué enfadarte. Si tu reclamación está bien justificada y apoyada por las evidencias necesarias solo estarían echando más leña al fuego.

Al final, como sucede con todo documento dirigido a una Administración, deberás firmarlo, igual que el responsable del establecimiento, el cual, además, deberá sellar las hojas. Te quedarás con dos de las tres que componen este documento: la blanca, para entregarla en la Administración correspondiente y la amarilla, para ti.

¿Cuáles son las consecuencias de poner una hoja de reclamaciones?

Poner una hoja de reclamaciones puede tener consecuencias graves para el negocio, deben ponerse solo cuando realmente es necesario.

El impreso puede entregarse presencialmente, de manera telemática o por correo en la Oficina Municipal de Información del Consumidor o en la Dirección General de Consumo de tu comunidad autónoma. Estos órganos intentarán facilitar un acuerdo entre las partes, pero en caso de no alcanzarse este, puede llegarse a acabar en los tribunales, la peor de las posibilidades.

Al servicio del consumidor

En la mayoría de los establecimientos podrás ver el cartel que anuncia que disponen de hojas de reclamaciones.

Tener la hoja de reclamaciones en un restaurante es obligatorio para el establecimiento y un derecho del consumidor. Si este contenido te ha resultado útil, ¿a qué esperas para compartirlo?