Cómo sobrevivir a unas vacaciones en pareja

A las parejas no les sienta bien el verano, o eso parece. Puede que al amor sí, sobre todo al típico amor de verano, al romance puro y duro, pero cuando las parejas están asentadas y son más sólidas tienen el peligro de caer durante las vacaciones en las discusiones y problemas que la rutina y la falta de tiempo del invierno escondían.

Es por ello que septiembre se lleva la palma en cuanto a separaciones matrimoniales (un tercio de ellas se dan en este mes), junto con enero y otras fechas y fiestas señaladas. Está claro que pasar tiempo juntos es lo peor que puede hacer una pareja…

Cómo superar la temida separación de septiembre

¿Qué les pasa a las parejas en verano? Cuando los problemas son profundos, el verano no hace sino agravarlos. Pasar mucho tiempo con tu pareja también puede hacer que te des cuenta de que no es la persona adecuada.

El calor tampoco ayuda. Cansados de ver en televisión consejos para sobrellevar las altas temperaturas y el daño que pueden hacer en nuestro cuerpo, parece que muchos medios se han olvidado del estrés que el calor puede causar en nuestro estado de ánimo.

Si las cifras ya te parecían alarmantes, has de saber que todo apunta a que el número de divorcios está aumentando. Lo que antes parecía ser un estigma se ve ahora con naturalidad y está socialmente aceptado. En la era en la que cambiamos constantemente de móvil, de medio de transporte, de trabajo, de casa… la pareja no parece ser una excepción.

Trucos para no discutir con tu pareja en verano

Durante el invierno, la pareja no está muchas veces en una verdadera comunicación, sino que dialogan para resolver problemas puntuales y domésticos, lo que es una cortina de humo para los verdaderos problemas de fondo. ¿Quieres que tu relación sobreviva al verano? No te pierdas estos consejos:

1. Acordad los planes

En ocasiones, las discusiones veraniegas se producen por desacuerdos o desencuentros entre las expectativas y la realidad del viaje. Antes de tener una discusión con tu pareja, asegúrate de que ambos sepáis exactamente dónde vais y qué plan tenéis por delante para evitar malentendidos.

2. Intentad comprenderos

Todas las personas tienen virtudes y defectos. Seguro que tu pareja tiene cosas que te encantan y otras que detestas. La clave está en sopesar las malas y ver si, aún así, esa persona merece la pena. El error de muchas parejas es pretender cambiar las cosas que no le gustan del otro, y el verano es perfecto para que todo (lo bueno y lo malo) salga a la luz…

3. Evitad las discusiones delante de los niños

Durante las discusiones de verano, es mejor no caer en descalificaciones ni acusaciones mutuas. En cualquier caso, las peleas no se planifican, y pueden pillarnos en momentos desafortunados. Si estáis delante de los niños procurad pararla en seco y continuad la discusión en otro momento.

4. Hablad de las cosas importantes

El diálogo es fundamental en la pareja, pero, como decíamos antes, se trata de un diálogo constructivo que aporte valor a la pareja, no que se dedique solo a resolver problemas organizativos. Buscad momentos para hablar de vuestros sentimientos desde el respeto y la concordia. Un buen truco es tratar a tu pareja como si fuera invitado. ¿Le gritarías a tu huésped si no estás de acuerdo con lo que dice?

5. Reservad momentos por separado

Las vacaciones no suponen estar con tu pareja las 24 horas. Es más, lo importante es pasar tiempo de calidad, no tiempo a cualquier precio. Aprovecha para hacer cosas en solitario y anima a tu pareja a hacerlo también. Un poco de espacio hará que tengáis más ganas de estar juntos.

6. Llegad a acuerdos

Cuando la discusión empeora y ninguno de los dos da su brazo a torcer, la relación no puede avanzar. Llegados a este punto, tenéis que aprender a negociar y a ceder para que unas veces se haga lo que uno dice y otras al revés. Es la única manera de que podáis disfrutar de lo que os gusta hacer en vacaciones.

7. Tomaos las vacaciones con calma

En ocasiones, cuando se viaja, se intenta visitar muchos sitios y llegar a todo, lo que supone, en cierta medida, un estrés añadido para la pareja. Pensad que las vacaciones son para relajarse y que no hace falta llegar a todo para disfrutar de vosotros dos.

Para finalizar, intentad trivializar las situaciones.

Ni todo el mundo es tan malo, ni las vacaciones tienen por qué ser un infierno. Intentad solucionar los problemas y, si no es posible y no estáis hechos el uno para el otro, no es el fin del mundo.

Al fin y al cabo, todos somos nuestra propia naranja completa, no la media de nadie.