18 Nov 10 preguntas sobre el Glutamato: el aditivo para que comas más… y peor
Te contamos todo sobre este aditivo y cómo puedes expulsarlo de tu alimentación.
- keyboard_arrow_right El glutamato monosódico, el aditivo “perfecto”
Dentro del mundo de los alimentos procesados, hay un aditivo bastante engañoso, pues es capaz de transformar una experiencia nutritiva en algo artificial. Estamos hablando del glutamato monosódico, un producto que es el resultado de un proceso químico y que genera una gran controversia, ¿te animas a conocerlo mejor?
El glutamato monosódico, el aditivo “perfecto”
El campo de la alimentación se ha convertido desde hace muchos años en un gran negocio del que algunos parece que quieren sacar provecho, aun a costa de la salud de los consumidores…
Mucho se ha hablado sobre él y sobre si es malo para la salud. A continuación, te contamos lo que necesitas saber sobre este potente condimento.
1. ¿Qué es el glutamato monosódico?
Este aditivo mejora el sabor de los alimentos procesados y hace que la comida congelada sepa más fresca, añadiendo más sabor a los aderezos y quitando el sabor metálico de los alimentos enlatados.
Este poderoso compuesto nos hace creer que la comida es mejor, más sana, y más rica en nutrientes, cuando lo cierto es todo lo contrario.
2. ¿Qué hace el glutamato monosódico?
El glutamato engaña a tu cerebro para que creas que la comida está más buena de lo que está evitando la sensación de saciedad, por lo que siempre queremos comer más y más…
De esta manera puede provocar enfermedades derivadas de la obesidad y se cree que también otro tipo de dolencias como migrañas, náuseas o irregularidades cardíacas.
3. ¿Cómo puedo evitar tomar glutamato?
Te recomendamos que mires bien las etiquetas de los productos para evitar aquellos que lo contienen o que afirman tener GMS (que es lo mismo). En ocasiones también aparece bajo otros nombres, por lo que, en general, lo mejor es huir de la comida ultraprocesada. Al final del artículo encontrarás un listado completo con las nomenclaturas detrás de las que se esconde.
4. ¿Qué es el “síndrome del restaurante chino”?
Lo que antes se conocía con este nombre cuando se notaba una debilidad general o palpitaciones tras comer en un restaurante oriental, ahora ya tiene un nombre científica y políticamente correcto: “complejo de síntomas de GMS”.
De esta manera se unifican los síntomas supuestamente provocados por este compuesto que van desde el entumecimiento de las extremidades hasta dolores de cabeza o espasmos. El término fue acuñado a finales de los años 60 a raíz de un artículo publicado en una revista médica, aunque no se consiguió demostrar una relación directa entre este tipo de restaurantes y los citados males.
5. ¿Cuál es la historia del glutamato?
El glutamato, como dijimos antes, ya existe en muchos alimentos y en la naturaleza no es un compuesto nocivo (de hecho está presente en muchos alimentos como el tomate, el queso o las setas). Del que hablamos es del sintético, cuya historia comienza en 1908 cuando bioquímicos de la Universidad de Tokio quisieron reproducir el especial sabor que el alga kombu da a la alimentación nipona.
Para ello, extrajeron el glutamato natural del alga y le añadieron sal común para estabilizarlo. Nacía así “oficialmente” un no tan nuevo sabor, el umami (sabroso en japonés), que ya estaba presente en algunos platos orientales y en otros más castizos, como en el jamón serrano. El uso del glutamato artificial creció en los años 80 y se empezó a comercializar para dar sabor a casi todo.
6. ¿Por qué el glutamato genera tanta controversia?
El glutamato es “el no va más” de los condimentos, puesto que, aunque por sí solo no tiene un gusto agradable, es capaz de potenciar el sabor de otros alimentos para que tengan un sabor más parecido al fresco. En decir, engaña a nuestro cerebro para que la comida parezca estar más sabrosa.
Ya en los años 60 algunos científicos cuestionaron la salubridad de este compuesto legal, pero nada saludable. Aunque es un producto seguro, no quiere decir que sea sano. En Europa está clasificado como un aditivo y se permite en determinados productos pero siempre en dosis limitadas.
7. ¿Dónde se encuentra este aditivo?
Como decíamos antes, el glutamato monosódico se encuentra en una gran cantidad de alimentos ultraprocesados (bollería industrial, galletas, salsas, congelados precocinados…), y en algunos productos de la comida china y japonesa.
También puedes encontrarlo bajo el nombre de aditivo E-621, ajinomoto, sal china… Asimismo, se haya en caldos y sopas envasadas, aumentando la palatabilidad de los mismos, es decir, haciendo que sean más agradables al paladar.
8. ¿Es glutamato es perjudicial para la salud?
La evidencia científica no ha logrado demostrar que sea un compuesto nocivo, pero eso no quiere decir que sea saludable, ya que para una parte de la población sus efectos pueden ser más sensibles.
El problema del glutamato no es el propio glutamato en sí (puede ser un aliado para aquellas personas que comen muy poco o para abrir el apetito de determinados enfermos), sino que, en muchas ocasiones, este tipo de productos ultraprocesados tienen también más sodio, más azúcares, más grasas y más calorías que los alimentos naturales.
Por poner un ejemplo: las patatas fritas de bolsa son un alimento no muy saludable. Si añadimos glutamato a las patatas (cosa que ya sucede en muchas marcas) hará que nos acabemos comiendo la bolsa sin darnos cuenta…
9. ¿Qué otros nombres tiene el E-621?
La lista de nombres que ocultan el GMS es tan larga que no cabría aquí, te dejamos solo algunos de los más populares:
- Glutamato de sodio.
- GMS.
- Potenciador del sabor.
- E-621.
- Glutamato monopotásico.
- Glutavene.
- Ácido glutámico.
- Caseinato de calcio.
- Extracto de levadura.
- Harina de avena hidrolizada.
- Polvo Gourmet.
- Ac´cent.
- Ajinomoto.
- Suavizante Natural de Carnes.
- Proteína vegetal hidrolizada.
- Extracto de proteína vegetal.
- Proteína vegetal texturizada.
- Proteína de soja aislada de suero de leche.
- Proteína texturizada.
- Vetsin.
- Gelatina.
10. En resumen… ¿debo evitar el GMS?
Aunque parece probado que no es tan malo como se cree y que no te va a dar epilepsia por ir a un restaurante chino, lo cierto es que el glutamato está presente en muchos más alimentos de los que crees, desde las pastillas del caldo de la abuela, hasta los cereales del desayuno, por lo que hay que priorizar siempre los alimentos naturales antes que los ultraprocesados, pero no solo por el glutamato, sino por la gran cantidad de compuestos químicos que contienen y por el alto número de azúcares y grasas que les acompañan.
Este tipo de alimentación no permite que nuestro cerebro entienda que estamos saciados y que hay que dejar de comer, por lo que seguiremos comiendo más y más grasas y azúcares… de ti depende optar por la comida sana o dejarte llevar por el glutamato.