Toldos en el barrio de Paseo Zorrilla (alto) en Valladolid (Valladolid)

Podrás hacerlo, pero te saldrá mucho más caro. Si de verdad te planteas esta posibilidad, hazlo de entrada. Te ahorrarás casi la mitad del presupuesto y las dobles molestias derivadas de volver a desmontarlo, cambiar las piezas, reacondicionarlo todo… y limpiar a fondo de nuevo.

Todo depende de la calidad con la que lo elijas. Te recomendamos decantarte por un modelo bueno, cuya duración es de varios años. Muchos modelos se encuentran garantizados por 3 años, pero los mejores suelen durar más de 10 años.

Pregúntale al profesional. Depende sobre todo de dónde vives: si supone alterar la estética urbana o vives en un espacio histórico de tu ciudad, seguro que sí. También tendrás que informarte sobre la comunidad de vecinos, que puede exigir ciertos permisos.

Los toldos de lona acrílica aguantan una columna de agua de, al menos, 250 mm. El problema fundamental es que el peso del agua embolsada pueda llegar a romperlo. Pero, por lo general, este material se puede considerar, a efectos prácticos, impermeable.

Los toldos se pueden colocar en cualquier fachada, pero es mucho más fácil si se trata de paredes lisas, sin bajantes u obstáculos. Lo ideal es contar con 300 mm de ladrillo sobre la ventana y poder fijarlos a más de 2,10 m de alto.

Estos elementos se manchan más o menos según las condiciones climatológicas que les afectan. Es mejor realizar un mantenimiento regular: pasar el plumero por dentro y por fuera periódicamente, evitar los productos abrasivos (utiliza agua fría mezclada con jabón neutro, aplicando la solución con un cepillo suave), frotar con detergente en caso de manchas específicas y no plegar el toldo si está húmedo, ni guardarlo sucio durante una larga temporada.

Debes dejarlo secar, porque la humedad terminará provocando la aparición de moho y manchas difíciles de eliminar. Después de llover espera a que se encuentre seco y, si se ha manchado, lávalo con agua y jabón, pero nunca lo guardes mojado.

En general, los tonos frescos pero intensos, como el verde o el ladrillo, son las mejores opciones. Los tonos blancos, marfileños o amarillos deslumbran e intensifican el calor, por lo que solo son recomendables en espacios umbríos. Además, los colores muy luminosos se ensucian antes y su mantenimiento es más difícil.

Es una cubierta decorativa y protectora que cuenta con un soporte enrollador y unos brazos extensibles que se cubren con tela acrílica de exterior repelente al agua. Se puede instalar en paredes o techos, y puede abrirse o cerrarse según te convenga.

Varía según la clasificación que tenga: los de clase 1 soportan hasta 28 km/h, los de clase 2 hasta 38 km/h y los de clase 3 hasta 49 km/h. Tenlo muy presente al elegir el tuyo. Si vives en una equina ventosa de Zaragoza, no escatimes y elige el tipo 3. Cómo poner un toldo corredizo Aunque contar con profesionales es siempre una opción más cómoda y recomendable, en internet puedes encontrar diversos tutoriales para instalar tu toldo corredizo. En definitiva, los toldos son un complemento muy valioso, práctico y hogareño para tu vivienda. ¡Anímate a comparir este post en las redes sociales, para que tus amigos aprendan a instalar el suyo!